[Extracto] «El desarrollo y eficiencia de las tecnologías en el mundo andino precolombino sorprendieron a los invasores europeos, quienes las utilizaron para su provecho en el periodo de la colonización. Encontraron un mundo civilizado, organizado y autoabastecido basado en dos principios sociales: reciprocidad y redistribución. En ese contexto «el tejido sirvió de base para una de las actividades económicas más importantes del Estado Inca: la utilización de enormes excedentes para facilitar primero la redistribución estatal, así como fomentar lealtades y mantener después la cohesión política y administrativa.
Los textiles son soportes de la memoria personal y colectiva. Sus características materiales y visualidad son inseparables de los efectos táctiles, por lo que estos objetos son receptores de una gran carga emocional, inseparable de los procesos cognitivos. Convocar a tejedoras(es) tradicionales a recuperar un pasado cercano o remoto al mirar y revisar tocando una pequeña muestra tejida, puede producir efectos insospechados en su sentir y en el de su comunidad. En particular cuando asumen como su responsabilidad mantener las costumbres heredadas de sus antepasados. Esto ha llevado a escoger en este texto el lenguaje del tejido, pra activar la memoria y propiciar un ámbito de diálogo».